¿Desde dónde miramos
cuando miramos?
La mirada sin duda está íntimamente relacionada con las emociones propias y la interpretación de las emociones de los demás. Es así, que surge de allí un lenguaje muy gráfico y significativo que suele comunicar más que las palabras.
Pero aquí la propuesta no será introducirnos en las características de ese lenguaje, que hay mucho escrito y bueno, sino en la capacidad o incapacidad que podemos tener sobre dónde ponemos o no la mirada y en el estar conectados o no con el lenguaje emocional (Grupo de amigos, familia, comunidad, país, nosotros mismos, etc.)
Para hacer diferencia en ti llevándote a otro nivel, no cabe duda que lo primero es poner la mirada en ti mismo.
Si eres un profesional o ejerces una actividad que te relaciona con personas, saber poner la mirada en ellos, seguramente marcará diferencia en los resultados.
Si deseas entender y ser partícipe de tus grupos, amigos, familia, comunidad, etc., es necesario que sepas poner la mirada en ellos contigo incluido.
El cuidar de ti mismo o el cuidar de otros no son acciones que deben quedar en transparencia de acción, siempre habrá algo distinto que requiere de nuestra mirada. Y el orden es importante, comenzar por cuidarte a ti mismo te capacita para cuidar a otros.
¿Cuántos profesionales de la salud o de la docencia, por poner dos ejemplos típicos, por abnegarse a su profesión, desatienden su propio cuidado y finalmente terminan desatendiendo a los demás?
aMirarse te propone tener acceso a las energías y potencialidades que traemos a este mundo y conocer las herramientas naturales que poseemos para saber dónde y cómo ponemos nuestra mirada.
Mirarse a uno mismo
¿Qué ves en ti mismo? ¿ Qué te constituye en la persona que eres en este momento? Los contextos en los que te has desarrollado, familia, país, cultura, religión, costumbres, etc., más tus experiencias, aprendizajes e historia de vida, te han llevado a ser la persona que eres ahora.
Todo lo que te ha ocurrido te planta de una determinada manera frente al mundo y desde ese lugar nos convierte en un determinado tipo de observador, que interpreta las cosas de acuerdo a los condicionamientos adquiridos.
Si miras a tu interior y logras reconocer qué programas o mandatos familiares o culturales te acompañan, puedes empezar a darte cuenta desde qué lugar se está expresando tu Ser.
Es aquí donde, desde aMirarse, te invitamos a identificar de qué color está teñida tu percepción y a qué tipo de interpretaciones de los hechos de la vida te está conduciendo.
La propuesta también incluye el descubrir cuáles son las energías que traes desde el nacimiento, de manera de potenciar tus fortalezas y reconocer lo que vinimos a aprender.
El primer paso de este camino es mirar por esa ventana que te permite divisar tu propio interior.
Nosotros nos miramos
La familia en la cual has crecido, los grupos de los que has formado parte y todas las personas que se han cruzado a lo largo de tus años tienen un sentido para estar presentes en determinado momento de tu existencia, y contribuyen en el camino de tu crecimiento.
Y no es algo que ha pasado fuera de ti, son vivencias que te han tenido como protagonista, por eso es que para entender e integrar los grupos de los que forman parte en los distintos ámbitos de tu vida, es necesario que pongas la mirada en el «nosotros».
En el devenir de ese «nosotros», partiendo por el que constituiste con tus padres, es que han tenido lugar tus aprendizajes y experiencias.
Si estás leyendo estas líneas, seguramente te sientes preparado para iniciar el camino hacia la comprensión de tu sistema de vínculos y relaciones, considerando que todo comienza por ti mismo.
En aMirarse, te acompañamos en este viaje, con la convicción de que esa mirada que cada integrante enfoca en su interior y luego al grupo en su conjunto, da luces fundamentales respecto del rol que cada uno está llamado a cumplir.
Miramos a los demás
La forma en que miras a los demás se puede convertir en una poderosa herramienta para el desarrollo y crecimiento de tu Ser. Una mirada abierta y con el objetivo de entender a los otros es esencial para allanar la ruta que has escogido, porque es con los otros con quienes trabajas y manifiestas tus creaciones en la cotidianidad.
Si puedes ir reconociendo el observador que eres de este mundo, verás que la postura del otro también es legítima porque trae sus respectivas vivencias que lo plantan frente a la existencia de una manera determinada y que, así como tú, interpreta las cosas de acuerdo a sus condicionamientos adquiridos.
Desde aMirarse, proponemos una mirada integral que posibilite una apertura hacia los otros sin perjuicios, con un profundo respeto de las energías que poseen y el reconocimiento de los aprendizajes que podemos compartir a partir de éstas.